Amden es un niño muy feliz y de espíritu libre. Tiene un gran corazón y ama a su familia y a sus gatos. Le encantan las burbujas, nadar y jugar a Sonic y Mario Kart en su Nintendo. Le gusta conectar con la gente.
Amden nació con síndrome de Down y se le diagnosticó autismo a los cuatro años. No es verbal. Ha tenido que superar muchas cosas. A sus padres les dijeron que probablemente no sería capaz de leer, caminar o hacer matemáticas. Gracias al duro trabajo en la terapia, Amden está leyendo, escribiendo y haciendo matemáticas. También puede teclear y hablar con un aparato vocal. La primera vez que su madre, Amber, le oyó leer un libro, lloró.
Amber dice que la vida con Amden es muy interesante y que está orgullosa de él cada día.
“Amden me hace sentir completa, me da un propósito. Me ha enseñado que no pasa nada por ser imperfecta: las cosas desordenadas son las que hacen grande la vida”, dice. “Nunca pensé que podría amar tanto a alguien”.
Mamá quiere que la gente sepa que Amden quiere lo que cualquier niño de 12 años, ser amado y ser feliz.