El momento favorito del día de Lizzy es ir al preescolar de tres años o “escuela de niñas grandes”, como ella lo llama. Acoge con satisfacción cualquier nueva oportunidad de aprender y ha empezado a contar y a nombrar sus colores y formas. En casa, Lizzy disfruta continuando sus actividades escolares jugando a la maestra y leyendo libros a sus peluches y muñecos. También es conocida por organizar divertidas y elaboradas fiestas del té en su habitación y disfruta cantando y entreteniendo a cualquiera.
En sus ratos de tranquilidad, se acurruca con su peluche favorito, Lamby, mientras ve cualquier cosa de Mickey y Minnie Mouse.
Al mirar a Lizzy, uno podría no saber que se ha enfrentado a grandes retos en su corta vida. La niña de tres años padece síndrome de Down y cardiopatías congénitas y ha sido operada a corazón abierto. A pesar de estos altibajos, Lizzy mantiene un rostro valiente. Incluso es conocida por usar sus modales con los médicos y las enfermeras, diciendo a menudo “por favor” y “gracias” en sus citas.
Su madre quiere que todo el mundo sepa que la belleza de Lizzy es algo más que sus preciosas coletas y su dulce sonrisa; su belleza brilla a través de su personalidad: ama a lo grande, supera todos los retos a los que se enfrenta y deja huella en todos los que conoce.
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