Coraline tiene una risa contagiosa y una personalidad vibrante. Disfruta con una serie de actividades que ponen de manifiesto su espíritu, desde cantar en el coro infantil hasta anotar canastas en la Liga Milagro. Su capacidad para imitar y aprender de los demás demuestra su inteligencia.
Nacida prematuramente a las 28 semanas, con un peso de sólo medio kilo, Coraline pasó 102 días en la UCIN. Le diagnosticaron síndrome de Down antes de nacer. Con el apoyo inquebrantable de su familia y una fisioterapia específica, superó estos obstáculos y pasó de no poder andar a entrar en la escuela con confianza. La defensa de su familia garantizó que recibiera el mejor apoyo educativo, mejorando su desarrollo y su seguridad.
Family Connection ha sido fundamental en el viaje de Coraline, especialmente durante el traslado de la familia a Lexington, donde navegaron por las complejidades de los servicios educativos y médicos. Su implicación ayudó a gestionar el traslado del Programa de Educación Individualizada (PEI) de Coraline, garantizando que sus necesidades siguieran cubriéndose eficazmente.
Mientras Coraline se prepara para participar en la exposición ¡MIRADA!, su familia está deseando que los demás la vean como la niña capaz y decidida que conocen y quieren. Esperan que su historia inspire a las familias que se enfrentan a retos similares, demostrando que, con el apoyo y las oportunidades adecuadas, todos los niños pueden prosperar.