Sin saber lo que es un reto, Tripp conquista la vida con agallas y resiliencia. Cuando su mente está decidida, no puedes cambiarla. Su determinación a la hora de perfeccionar una nueva habilidad, superar contratiempos o simplemente querer las cosas a su manera es una fuerza a tener en cuenta.
Tripp suele jugar en el agua, comer alimentos crujientes, saltar en su castillo hinchable o jugar al aire libre. Una de sus actividades favoritas es ir a la escuela. Siempre sale de casa con una sonrisa en la cara.
Hacia los 18 meses, los padres de Tripp notaron retrasos. Pronto le remitieron a BabyNet y a pediatría del desarrollo. Cuando cumplió dos años, le diagnosticaron autismo y retraso global del desarrollo.
“Queremos que el mundo sepa lo extraordinarios y únicos que son los puntos fuertes, las capacidades y la personalidad de Tripp. Puede que vea el mundo de forma diferente y se comunique de maneras que no son típicas, pero sigue siendo capaz de experimentar alegría, amor y éxito”, dicen los padres de Tripp. “Queremos que los demás comprendan, acepten y apoyen a Tripp como a cualquier otra persona. No se le define por su diagnóstico. Le definen su pasión y el amor que trae al mundo”.