Con una personalidad contagiosa capaz de poner una sonrisa en la cara de cualquiera, Daniela es una de las niñas de 10 años más felices del mundo. Su risa hace reír también a cualquiera que esté cerca de ella. ¡Se esfuerza para que todos los días sean buenos!
Daniela tiene un diagnóstico de autismo. Daniela empezó a recibir servicios de intervención temprana poco después de cumplir un año. Gracias al trabajo constante en terapia, sigue fijándose y alcanzando nuevas metas.
Puede que encuentres a Daniela fuera columpiándose y saltando en la cama elástica. Cada día aprende nuevas habilidades. Sus logros recientes incluyen escribir su nombre y crear un garabato de algo que vio en su tableta. Desde entonces, firma con su nombre y hace garabatos siempre que puede. A Daniela también le gusta que la gente haga personajes con plastilina, para poder representar una obra de teatro con ellos. Su papel favorito en la vida real es ser hermana mayor de Diego, su hermano de dos años.
Su madre, Jena, se inspira para ser como sus hijos en lo que respecta a su adaptabilidad al mundo, independientemente de lo difícil que pueda ser. Cuando se le pregunta por un momento de orgullo paterno, responde: “¡Tengo demasiados para elegir! Me hacen sentir orgullosa de ser su madre cada día”.