Los intereses de Jackson son tan eclécticos como apasionados. Como “alma vieja”, disfruta con las tecnologías anteriores a su nacimiento, como las cintas VHS, los discos de vinilo y los casetes. Sus habilidades musicales se extienden al violonchelo, la guitarra, el ukelele, el banjolele y el piano. Más allá de la música, Jackson es un programador en ciernes, un amante de los tesoros de los mercadillos y un devoto amante de los gatos.
Diagnosticado precozmente con autismo y TDAH, el viaje de Jackson ha estado lleno de crecimiento. Aunque su familia se enfrentó a obstáculos para encontrar el encaje académico adecuado, finalmente encontraron un hogar en un colegio concertado que permitió a Jackson florecer. Hoy, Jackson navega por su mundo con un humor que se inclina hacia lo sarcástico, un disgusto por las mañanas y un carácter reservado que enmascara su profunda bondad.
Jackson es conocido no sólo por sus logros académicos, sino también por su capacidad innata para echar una mano. Ya sea ayudando a un anciano en el supermercado o asistiendo a sus abuelos, sus acciones dicen mucho de su carácter. Su participación en la Orquesta Filarmónica Juvenil de Carolina del Sur, donde toca el violonchelo, demuestra no sólo su talento musical, sino también su compromiso con su comunidad.
Mientras Jackson sigue desafiando los estereotipos asociados a sus discapacidades, la esperanza de su madre es clara: que el mundo vea a Jackson como lo que realmente es: un joven capaz y brillante destinado a la grandeza, nunca definido por sus retos, sino fortalecido por sus logros.